caracola

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Para Alfonsina Storni y Mercedes sosa.

viernes, 11 de junio de 2010

Todos ténemos alas.


Cierto día la pequeña Sojé jugaba entre los surcos morenos del maizal, era la temporada en la qué los elotes estaban jugosos y frondosos, los tiernos granitos acariciados por el rocío de la mañana parecían sonrisas. La muñeca de trapo qué la acompañaba estaba empapada del rocío, sus colores heran hermosos y penetrantes como las alas de las maríposas, o al menos esa era la persepción qué tenía Sejé acerca de su muñeca. Don benito, qué caminaba a pasos pequeños y cortados debido a la edad, pasaba en ese instante para recolectar alguno de los jugosos elotes de su coseha- Hija qué haces aquí- preguntó a la pequeña Sojé; qué con una gran sonrisa contestó- Esperando qué mi muñeca crezca y me invite a jugar, Benito sonrío, la tomó de la mano y le dijo- Camínemos juntos a la choza.
Al llegar a la vieja y derruída casa, Benito entró y sacó unas alas grandes de mariposa qué embonaban perfecto en el pequeño cuerpo de Sojé- Estás están hechas a tu medida- argumentó él viejo Benito, Sojé estaba muy contenta. A lo lejos se escuchaba una melódica canción; eran miles de mariposas mónarca qué arribaban a los viejos árboles qué con regocijo daban la bienvenida. Sojé sé arrodilló y alzo las manos al sol en simbolo de gratitud, algunas de las mariposas rodearon su cuerpo y juntas bailaron al son de la armoniosa música qué provenía de sus alas, las ramas de los árboles se movían con la danza mística. Sojé volvió de píe y sé dió cuenta qué todo era producto de su imaginación, Benito ya se había ido a su taller qué estaba del otro lado de la choza.
Sojé Entró hasta dónde estaba su abuelo, le vió ziczaguear un par de veces con una punta de maguey y sé percató qué lo qué construía era parecido a alas de mariposa- Para qué haces eso, abuelo-Sojé preguntó con insistencia- Benito contestó muy sonriente y amable- Pequeña mía, te contaré una de las cosas qué recuerdo feliz desde niño, tal vez una de las historias más bonitas. Benito sé acercó a un viejo buró, sacó un album viejo y polvoriento qué puso en las manos de Sojé, en el había fotos de niños de la comunidad (ahora convertidos en adultos); todos tenían alas de mariposa de diversos tamaños-¿sabes por qué tiene alas de mariposa? preguntó Benito, Sojé sé quedó callada por un instante, tratando de pansar para dar una respuesta-Bien, te contaré el porqué de las alas- Benito interrumpió el silencio y pensamiento de la pequeña. Benito cogió un pequeño banco, sé sentó y comentó a la altura de Sojé- Dicen los viejos sabios- la cara de Benito se llenó de ilusión- qué... del tamaño de los sueños y la fantasía debe ser el tamaño de las alas creadas para los niños, uno mismo tiene la capacidad de saber cuán alto puede volar, sin importar distancias, inclemencias y toda clase de imprevistos. Una sola tarea me fue dada, una hermosa labor me fue asignada, soy fabrícante de alas de maríposa para niños soñadores y fantasiosos.


By Francisco Escobar

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