caracola

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Para Alfonsina Storni y Mercedes sosa.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Vendedora de amores


La putilla del barrio camindaba en dos tacones de torre, una pequeña falda cubría apenas su pelvis y parte de sus largas pero delgadas piernas, sus pechos se aferraban al sostén de varilla y apenas caminaba se asomaban. Dormía solo después de venir hasta mi cuarto de hotel, dónde compraba su orgasmo fingido. Música de erotismo entre jadeo y jadeo invadía nuestro espacio, allegros inesperados llegaban con su venida. Todo por la mañana desvanecía, desayuno, trabajo, cámino y espero la noche todo el día.

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